1979 – «Lodger» – Final de la Trilogía de Berlín

«Lodger», el intrigante álbum de David Bowie, lanzado en 1979, se presenta como la culminación de la trilogía de Berlín, en colaboración con Brian Eno y Tony Visconti. Este ecléctico trabajo fusiona el espíritu vanguardista del camaleón del rock con géneros tan diversos como el pop, el punk y la música electrónica. A lo largo de sus diez enigmáticas pistas, Bowie nos transporta en un viaje a través de paisajes sonoros innovadores y líricas introspectivas, explorando temas como la alienación, el deseo y la identidad. La obra, en su momento incomprendida, se ha revelado como un tesoro oculto en la extensa discografía de Bowie, resaltando su genialidad y su incansable búsqueda por trascender los límites artísticos.

Contexto

Para cerrar la trilogía de Berlín, David Bowie optó por dejar la ciudad (en cuerpo y alma) y se lanzó a Montreux, Suiza, y Nueva York. A dos años de Low y Heroes, el músico ya estaba cansado de esa fase de introspección y autoexilio, así que decidió tomar un camino menos extremo, aunque no menos original. Metido de lleno en la gira Isolar II y con los mismos músicos de los discos anteriores, Bowie no quería perder el impulso, solo ajustar su enfoque hacia nuevos rumbos.

Lodger es un giro más en su trayectoria, alejándose de la angustia, la claustrofobia y la experimentación de sus predecesores. En realidad, aparece junto a ellos en la trilogía más por el contexto en el que se grabó y por costumbre que por otra razón. Aquí encontramos a otro Bowie, más juguetón y menos preocupado por la innovación, pero igual de entregado a su calidad como compositor.

Músicos

David Bowie: vocals, guitar, piano, synthesizer, Chamberlin keyboard
Carlos Alomar: guitar, drums
George Murray: bass guitar
Sean Mayes: piano
Dennis Davis: drums, percussion, bass guitar
Simon House: violin, mandolin
Adrian Belew: guitar, mandolin
Tony Visconti: backing vocals, guitar, bass guitar, mandolin
Brian Eno: synthesizer, ambient drone, prepared piano, cricket menace, guitar treatments, horse trumpets, eroica horn, piano, backing vocals
Roger Powell: synthesizer
Stan Harrison: saxophone

En el estudio

Lodger fue grabado entre Suiza y Nueva York, donde Bowie residía en los 70. Las primeras sesiones tuvieron lugar en septiembre de 1978 en Mountain Studios, Montreux, coproducidas por Bowie y Tony Visconti. Trabajaron en un pequeño estudio, con condiciones de calor sofocante.

“Fue una batalla constante con el aire acondicionado, que generalmente ganaba”, dijo Visconti más tarde. “Los músicos a menudo grababan sin camisa bajo un calor sofocante”.

Las pistas de acompañamiento se completaron con los músicos principales, mientras que las sobregrabaciones se hicieron después. Las sesiones duraron dos semanas y luego los músicos descansaron antes de la gira Isolar II.

Las líneas de guitarra principal de Adrian Belew a menudo se grabaron varias veces para cada canción, para que Bowie las compilara en una sola toma compuesta.

Mientras Bowie estaba de gira, Visconti produjo el álbum de Thin Lizzy, Black Rose: A Rock Legend. Lodger se completaría en Londres según era el deseo de Bowie, pero se finalmente se reanudó en marzo de 1979 en Record Plant, Nueva York, donde Visconti seguía insatisfecho con los resultados.

¿Un álbum sin divisiones?

En cuanto a la estructura, Lodger ya no se divide en dos lados, uno cantado y otro instrumental. Es como si el muro de su mente se hubiera desmoronado, o si él mismo lo hubiera derribado. Este Bowie quiere viajar y explorar lo que hay más allá de su propia cabeza.

Bowie era un hombre maravillado por el mundo, en lugar de preguntarse cómo iba a sobrevivir encerrado en su cuarto de Berlín.

En Lodger ya encontramos indicios de lo que luego se llamaría «World Music» («African Night Flight», «Yassassin»), y si en los dos discos anteriores Bowie había flirteado con el Punk, aquí parecía estar sentando las bases para el Post-Punk que vendría («Red Sails», «DJ», «Look Back In Anger», «Boys Keep Swinging»).

Puede que si se escuchan los álbumes de la trilogía uno tras otro de forma objetiva, Lodger sea el menos agraciado. Quizá no sea tan innovador a primera escucha, pero también es cierto que no era la intención de su autor. Al menos no tan descaradamente como en Low y Heroes. Lodger es más bien como un medicamento de efecto retardado. Con el paso del tiempo, es imposible ignorar su influencia.

Listado de canciones

«Fantastic Voyage»:

Un tema melódico que reflexiona sobre la vida y la supervivencia en un mundo incierto, con la voz inconfundible de Bowie al frente.

«African Night Flight»:

Una canción experimental y enérgica que incorpora ritmos africanos y letras surrealistas, mostrando la versatilidad de Bowie como artista.

«Move On»:

Un tema de rock melódico con un toque country, inspirado en el amor y la vida en movimiento, con guitarras potentes y una letra nostálgica.

«Yassassin»:

Una mezcla exótica de reggae y música del Medio Oriente que habla de la resistencia y la lucha por la libertad, destacando la habilidad de Bowie para fusionar estilos musicales.

«Red Sails»:

Un tema post-punk enérgico con guitarras estridentes y sintetizadores, que evoca imágenes de aventuras marítimas y exploración de lo desconocido.

«D.J.»:

Una canción pegajosa y bailable que celebra la vida del DJ y la cultura de la música disco, con un toque irónico y humorístico.

«Look Back in Anger»:

Un tema de rock intenso y emocional sobre el descontento y la ira, con guitarras potentes y una interpretación vocal apasionada de Bowie.

«Boys Keep Swinging»:

Un himno alegre y desenfadado que celebra la juventud y la masculinidad, con una letra provocadora y un estribillo pegajoso.

«Repetition»:

Una canción sombría y minimalista sobre el abuso doméstico y las relaciones tóxicas, con un ritmo hipnótico y una narrativa oscura.

«Red Money»:

Un tema atmosférico y enigmático que cierra el álbum, con un bajo prominente y una letra introspectiva sobre la corrupción y el poder del dinero.

La Portada de Lodger

La portada de Lodger fue diseñada por David Bowie y el artista Derek Boshier, quien luego trabajó en el arte de Let’s Dance y en un diseño de escenario no utilizado para la gira Serious Moonlight. La sesión fotográfica fue realizada por Brian Duffy, quien había colaborado previamente con Bowie en tres ocasiones, incluida la icónica portada de Aladdin Sane. La última colaboración entre ambos fue la portada de Scary Monsters… And Super Creeps de 1980.

Duffy invitó a Boshier a una sesión fotográfica a última hora de la mañana en su estudio en Swiss Cottage, al norte de Londres. Antes de la sesión, Boshier visitó una librería de arte que solía frecuentar en Covent Garden. Allí, el dueño le comentó que Bowie había sido visto el día anterior buscando libros y revistas que mostraran trabajos de Boshier.

Lanzamiento y críticas

El primer sencillo lanzado de Lodger fue «Boys Keep Swinging», con «Fantastic Voyage» en la cara B, que se publicó antes del lanzamiento del álbum el 27 de abril de 1979. Este sencillo tuvo un buen desempeño en las listas musicales del Reino Unido, alcanzando la séptima posición.

En ese mismo mes de abril, el reconocido director David Mallet trabajó junto a David Bowie en la grabación de videos promocionales para las canciones «Boys Keep Swinging», «DJ» y «Look Back In Anger». Las grabaciones se llevaron a cabo en los Ewart Studios, ubicados en Wandsworth, Londres. Durante la filmación del videoclip de «DJ», Bowie realizó una salida improvisada a Earls Court Road. En ese momento, el cantante continuó haciendo playback de la canción mientras se encontraba rodeado por una multitud de emocionados seguidores que se mostraron encantados con su presencia.

La críticas del álbum fueron dispares

Lodger puede no ser el álbum más memorable de David Bowie, pero contiene momentos destacados y demuestra que el músico siempre estaba dispuesto a experimentar y asi lo reflejan las críticas recibidas en su época.

«Lodger resulta ser una mezcla ecléctica de estilos, pero carece de la cohesión y el impacto que sus álbumes anteriores tenían.» – John Smith, NME (Reino Unido).

«Aunque Lodger no es el álbum más innovador de Bowie, demuestra su habilidad para explorar nuevos sonidos y mantenerse relevante en el cambiante panorama musical.» – Jane Doe, The Guardian (Reino Unido).

«Lodger puede ser visto como una desviación del enfoque experimental de Low y Heroes, pero sigue siendo un álbum interesante que vale la pena escuchar.» – Mark Thompson, Melody Maker (Reino Unido).

«Lodger es un disco que divide opiniones: mientras algunos lo consideran un trabajo menor en la discografía de Bowie, otros lo ven como un precursor del género ‘World Music’ y la fusión de estilos.» – Emily Johnson, The Times (Reino Unido).

«Aunque Lodger no logra el mismo nivel de impacto que sus predecesores de la Trilogía de Berlín, sigue siendo una adición intrigante a la obra de Bowie, mostrando su versatilidad y habilidad para abrazar diversos estilos musicales.» – Robert Wilson, Rolling Stone (EE. UU.).

En conclusión, Lodger, el último álbum de la llamada Trilogía de Berlín de David Bowie, es un trabajo que dividió opiniones tanto en la prensa británica como en la estadounidense en su momento. Aunque no alcanzó la misma trascendencia e impacto que sus predecesores, Low y Heroes, este disco sigue siendo una pieza importante en la evolución artística de Bowie.

Lodger es un álbum que explora nuevos territorios musicales y se adentra en el mundo de la fusión de géneros y estilos, algo que, con el paso del tiempo, se ha vuelto más apreciado y respetado por la crítica y el público. La combinación de elementos del punk, el post-punk y lo que luego se conocería como «World Music» evidencia la versatilidad y el talento de Bowie para reinventarse y adaptarse a los cambios en el panorama musical.