2016 – «Blackstar» – Un Análisis Exhaustivo del Último Álbum de David Bowie

Su último álbum, Blackstar, publicado el 8 de enero de 2016, es una muestra de su inagotable talento y creatividad. Fue el último álbum y obra maestra de David Bowie, lanzado en el cumpleaños número 69 del cantante, el 8 de enero de 2016, dos días antes de su muerte.

Look up here, I’m in heaven
I’ve got scars that can’t be seen
I’ve got drama, can’t be stolen
Everybody knows me now

Look up here, man, I’m in danger
I’ve got nothing left to lose
I’m so high it makes my brain whirl
Dropped my cell phone down below

Ain’t that just like me

Fragmento de Lazarus (17 de diciembre de 2015)

Blackstar fue producido por el mismo Bowie junto a Tony Visconti, su colaborador de larga data. Con la participación de músicos de jazz de renombre como Donny McCaslin, Mark Guiliana y Tim Lefebvre, este álbum presenta una fusión única entre el rock y el jazz que define su sonido característico. El proceso de grabación tuvo lugar en The Magic Shop, un estudio de grabación en Nueva York, donde Bowie y su equipo trabajaron en secreto durante 18 meses.

La despedida de Bowie: El legado musical que nos dejó «Blackstar»

El mundo de la música sufrió una gran pérdida en enero de 2016. Bowie nos dejó un legado musical incomparable, que lo llevó a ser considerado como uno de los más grandes músicos de la historia. Y es que, Bowie siempre fue un artista que marcó la diferencia, tanto por su estilo musical como por su puesta en escena.

En su último trabajo discográfico, «Blackstar», Bowie nos dejó un regalo en forma de música que hoy en día sigue siendo aclamado por muchos de sus seguidores.

Este álbum fue lanzado el 8 de enero de 2016, coincidiendo con el cumpleaños número 69 de Bowie. Pero lo que pocos sabían es que era su forma de despedirse de nosotros, ya que el artista falleció tres días después.

«Blackstar» es un disco que contiene una gran cantidad de mensajes ocultos y significados profundos, que han sido interpretados de diferentes formas por sus fans. A continuación, haremos un análisis de algunas de las canciones más destacadas del álbum.

La trama que envuelve este álbum es digna de los mejores enigmas por resolver. El día de su cumpleaños número 69, David Bowie presentó su vigésimo quinto trabajo discográfico. Pero en las primeras horas del 11 de enero, se anunció su partida de este mundo, una noticia que conmocionó a todos, ya que no se había hecho público que Bowie estuviera enfermo.

Después de su muerte, descubrimos que el título del álbum podría estar haciendo referencia a la enfermedad que lo estaba acabando en secreto. Nadie sabia que la estrella de Bowie se estaba apagando pero como siempre, él trató de comunicárnoslo de una manera brillante.

El mensaje oculto de ★ ‘Blackstar’

Retrospectivamente, vemos que la primera pista fue lanzada unos pocos meses antes de su fallecimiento. Cuando publicó el primer sencillo en noviembre de 2015, vino acompañado de un enigmático video musical. Los primeros instantes de «Blackstar» mostraron a un astronauta inmóvil, y donde un ser fantástico se aproxima para dejarnos ver dentro del casco de astronauta hay una calavera con ornamentaciones. Hay un consenso en afirmar que representa nada menos que al protagonista de «Space Oddity», el mayor Tom.

Bowie creó personajes como Ziggy Stardust y el Duque Blanco para tejer distintas tramas dentro de su universo artístico, pero el mayor Tom fue el primero. La muerte simbólica del mayor Tom al principio del video de «Blackstar» fue la manera en que Bowie dejo su mensaje que la muerte se aproximaba.

En la canción que da título al álbum, «Blackstar», Bowie nos presenta una visión oscura y misteriosa, en la que hace referencias a la muerte y a la desaparición. Este primer sencillo es una muestra del gran trabajo musical que Bowie nos dejó en este último trabajo discográfico.

En la canción «’Tis a Pity She Was a Whore«, el artista hace referencia a la obra de John Ford, donde el personaje de Putana es castigado por sus acciones inmorales. Bowie se sintió identificado con este personaje, ya que era conocido por su vida llena de excesos. Esta canción refleja la reflexión que Bowie hacía sobre las consecuencias de su estilo de vida y su propia mortalidad.

En «Lazarus», Bowie nos habla sobre su propia resurrección, haciendo referencia al personaje bíblico de Lázaro. La canción fue escrita cuando el artista estaba en remisión, lo que le dio una perspectiva diferente sobre su propia vida. Sin embargo, el cáncer regresó y terminó por llevarse su vida. La canción es un homenaje a su propio renacimiento y una forma de decir adiós.

El álbum cierra con la canción «I Can’t Give Everything Away», en la que Bowie expresa su deseo de seguir siendo enigmático, tanto en su arte como en su vida personal. Para él, no era importante dar todas las respuestas, sino que lo importante era mantener la incertidumbre y el misterio en torno a su figura. Esta canción es una muestra más del legado que Bowie nos dejó, un artista que marcó un antes y un después en la historia de la música.

Siempre hizo lo que quería hacer. Y quería hacerlo a su manera y quería hacerlo de la mejor manera. Su muerte no fue diferente de su vida, fue una obra de arte. Hizo Blackstar para nosotros, su regalo de despedida. Sabía desde hace un año que así sería. Sin embargo, no estaba preparado para ello. Fue un hombre extraordinario, lleno de amor y vida. Siempre estará con nosotros. Pero ahora, es apropiado llorar.

Tony Visconti – 11 de Enero 2016

Músicos que grabaron Blackstar

David Bowie: vocals, guitar
Donny McCaslin: saxophone, flute, woodwind
Jason Lindner: piano, Wurlitzer organ, keyboards
Ben Monder: guitar
Tim Lefebvre: bass guitar
Mark Guiliana: drums, percussion
James Murphy: percussion
Erin Tonkon: backing vocals

Grabación en secreto

David Bowie fue como un árbol, majestuoso y fuerte, con sus ramas extendidas hacia el cielo. Pero en el 2014, una plaga maligna comenzó a atacar su raíz más profunda, su hígado. En lugar de dejar que el dolor lo consumiera, Bowie decidió mantener su lucha en privado, compartiendo solo con sus seres queridos más cercanos y colegas selectos.

Entre ellos se encontraba Tony Visconti, el productor de su último álbum, Blackstar, quien se enteró de la enfermedad el día antes de que comenzaran las sesiones de grabación. A pesar de las sombras que amenazaban con envolverlo, Bowie mantuvo su espíritu ardiente hasta el final, dejando tras de sí una obra de arte para sus seguidores en todo el mundo.

A poco de iniciar las sesiones de grabación de Blackstar, David Bowie comenzó con sesiones de quimioterapia. Al principio parecía que su cuerpo estaba respondiendo positivamente al tratamiento, y para mediados del 2015, su cáncer había entrado en remisión.

Sin embargo, aunque las cosas parecían estar mejorando, el proceso había dejado una huella imborrable en su cuerpo y en su espíritu. La enfermedad lo había hecho enfrentar su propia mortalidad de una manera que pocos podrían comprender.

En la primavera de 2015, el cabello de Bowie había crecido de nuevo. Ben Monder, el guitarrista de Blackstar, se unió a las sesiones de grabación en marzo, y no sabía nada sobre la enfermedad del cantante.

«Para nosotros nunca pareció que estuviera enfermo», dijo el bajista Tim Lefebvre al New York Times. «Simplemente llegaba y cantaba como nunca».

Tony Visconti, productor de Blackstar, se encontraba bajo una gran presión mediática en la antesala del lanzamiento del álbum. Periodistas y fanáticos curiosos querían saber todo sobre el futuro de Bowie, incluyendo preguntas sobre su salud y posibles futuras presentaciones en vivo. Pero Visconti no podía dar ninguna respuesta concreta, ya que Bowie era muy reservado con respecto a su estado de salud y sus planes a futuro. La incertidumbre y el misterio que rodeaban al icónico artista solo agregaban un aire de intriga a la anticipación del lanzamiento de Blackstar.

A principios de 2014, Bowie comenzó a planear el musical Lazarus.

En mayo de 2014 se puso en contacto con la reconocida directora de orquesta de jazz radicada en Nueva York, Maria Schneider, para discutir una posible colaboración. A raíz de sus conversaciones, el 1 de junio, siguiendo la recomendación de Schneider, Bowie asistió a una presentación del cuarteto de jazz moderno de Donny McCaslin, saxofonista y flautista destacado, en el emblemático 55 Bar de Manhattan.

En aquel mes en el que Bowie tuvo la oportunidad de disfrutar del talento de la banda de McCaslin en vivo, se sintió inspirado y decidió grabar maquetas de cinco nuevas canciones. Para ello, eligió el famoso estudio Magic Shop en Manhattan, con la producción de Tony Visconti y acompañado del talentoso baterista Zachary Alford.

Después de aquellas sesiones de grabación Bowie llevó las grabaciones a su hogar. Allí, en la intimidad de su espacio personal, continuó trabajando en ellas, componiendo nuevos temas y grabando más maquetas.

«Blackstar» presenta una fusión única y audaz de géneros musicales. En su paleta sonora, se pueden apreciar elementos de hip hop, drum and bass, y jazz moderno, lo que le confiere una identidad especial y distintiva.

Una de las influencias clave en la creación de este singular álbum fue «To Pimp A Butterfly», la obra maestra de Kendrick Lamar lanzada en 2015. Inspirado por la capacidad de Lamar para explorar y combinar diferentes géneros en una sola pieza, Bowie se aventuró a experimentar en «Blackstar» con sonidos y estilos que desafiaban los límites convencionales de la música.

En diciembre de 2014, David Bowie tomó una decisión trascendental: envió un primer conjunto de maquetas a los miembros de la banda de Donny McCaslin. Aunque las canciones ya estaban mayormente bien estructuradas, Bowie quería que los músicos aportaran sus propias ideas y enriquecieran las composiciones.

Con gran entusiasmo, los integrantes de la banda de McCaslin se sumergieron en este apasionante proyecto, aportando su talento y creatividad para dar forma a las visiones de Bowie.

Donny McCaslin y David Bowie

Donny McCaslin conocía poco del extenso catálogo musical de Bowie, con la excepción del éxito comercial de 1983, «Let’s Dance» y también la canción de Bowie y Path Metheny «This is not America».

Entusiasmado por la colaboración, McCaslin comenzó a buscar otras obras de Bowie para familiarizarse con su estilo y trayectoria, así que va escuchando la discografía de Bowie y le comenta a David que ha oído hasta Aladin Sane.

Sin embargo, el propio cantante rápidamente lo disuadió de esta idea.

En un correo electrónico que le envió a McCaslin, Bowie expresó, en esencia: «Eso es material antiguo. Ahora estoy interesado en cosas diferentes», según relató el músico en una entrevista con el periódico The Guardian.

Siguiendo el consejo de Bowie, en lugar de sumergirse en el pasado, McCaslin decidió enfocarse en las grabaciones de maquetas que el cantante le había compartido. De esta manera, pudo apreciar la nueva dirección que Bowie estaba explorando y, a su vez, pudo contribuir de manera efectiva al proceso creativo del album,

La grabación de «Blackstar» dio inicio en la primera semana de 2015 en el emblemático estudio Magic Shop de Nueva York. Con gran entusiasmo, Bowie, McCaslin y el resto de los músicos se sumergieron en un intenso proceso creativo que se prolongaría hasta marzo de ese mismo año.

Según McCaslin, los músicos trabajaron arduamente «prácticamente de 11 a 4 todos los días», mientras Bowie cantaba las voces guía acompañando a los instrumentos.

En enero, se grabaron cuatro canciones: ‘Lazarus’, ‘When I Met You’, »Tis A Pity She Was A Whore’ y ‘No Plan’, tema que más tarde se incluiría en la banda sonora del musical «Lazarus» y en el EP «No Plan».

Antes de las siguientes sesiones de grabación en febrero, Bowie envió más maquetas a los músicos para que pudieran familiarizarse con el material. Además, decidió invitar a James Murphy, líder de LCD Soundsystem, para que aportara sus ideas y habilidades en el proyecto. Murphy había producido recientemente el álbum «Reflektor» de Arcade Fire, en el cual Bowie participó como cantante, y también había realizado el remix de «Love Is Lost» para el álbum «The Next Day Extra».

La incorporación de Murphy al equipo de grabación de «Blackstar» añadió un toque adicional de creatividad y diversidad al proceso. Su experiencia y enfoque innovador se fusionaron con el talento de Bowie, McCaslin y los demás músicos, contribuyendo a moldear el sonido distintivo y vanguardista del álbum.

La tercera y última serie de sesiones en el Magic Shop comenzó con la grabación de la canción ‘Blackstar’ el 20 de marzo, seguida de ‘I Can’t Give Everything Away’ al día siguiente. El 23 de marzo, se registró ‘Killing A Little Time’, así como una nueva versión de ‘Someday’, que había sido rebautizada como ‘Blaze’. Finalmente, el 24 de marzo, la banda trabajó en una serie de sobregrabaciones para dar los toques finales a las canciones. Este último período en el estudio Magic Shop fue crucial para dar forma al álbum «Blackstar».

Con la excepción de ‘No Plan’ y parte de ‘I Can’t Give Everything Away’, todas las voces de David Bowie en «Blackstar» fueron regrabadas en los estudios Human Worldwide en Nueva York.

El estudio, propiedad de Morgan Visconti, hijo del productor Tony Visconti, fue el lugar donde Bowie había grabado la mayoría de las voces para el álbum «The Next Day».

Bowie eligió este estudio una vez más, buscando el ambiente familiar y la conexión creativa que había establecido con la familia Visconti. Fue en Human Worldwide donde Bowie dio vida a sus letras y melodías, dejando fluir su voz con la pasión y el carisma que siempre lo caracterizaron. De esta manera, se completó el proceso de grabación de «Blackstar»

En los créditos de «Blackstar», tanto Bowie como Visconti son reconocidos por mezclar el álbum. Sin embargo, el disco contiene un crédito adicional poco común: «Mezcla final maestra realizada por Tom Elmhirst».

Esta mención especial en los créditos refleja la importancia del trabajo de Elmhirst en el proceso de producción del álbum. Su labor como ingeniero de sonido fue crucial para darle el toque final y pulir el sonido de «Blackstar», asegurando que la mezcla final reflejara fielmente la visión de Bowie y Visconti.

Arte de Tapa de Blackstar

«Blackstar» es uno de los pocos álbumes de David Bowie que no presenta una imagen del cantante en su portada.

El arte de la portada de «Blackstar» fue diseñado por Jonathan Barnbrook, quien ya había trabajado previamente en los álbumes de Bowie «Heathen», «Reality», «The Next Day» y en el recopilatorio «Nothing Has Changed».

«Siempre quiso hacer algo interesante, a menudo para fastidio de la discográfica. Él entendía el valor de la imagen en una portada de disco, cuando otras personas lo habían olvidado»

Jonathan Barnbrook en una entrevista con Dezeen.

La portada de «Blackstar» presenta dos variantes básicas:

La edición en vinilo, con una portada completamente negra y un recorte en forma de estrella;

Y la edición en CD, que muestra el logotipo del álbum sobre un fondo blanco.

En ambos formatos físicos, debajo de la estrella negra, se encontraba el apellido de Bowie construido a partir de fragmentos en forma de estrella.

Este detalle en el diseño de la portada añade un toque de misterio y sofisticación al álbum, invitando a los fanáticos a descubrir los secretos que se esconden detrás de la música y la simbología de «Blackstar». La elección de incorporar el apellido de Bowie mediante estos fragmentos estelares también sugiere una conexión profunda entre el artista y el concepto del álbum, reflejando la intensidad y la pasión que Bowie puso en cada aspecto de su creación.

Para coincidir con el lanzamiento del álbum, también se lanzó un sitio web promocional,

imablackstar.com.

El sitio invitaba a los fanáticos a subir fotografías al «universo ★» utilizando cinco plantillas de máscaras de imágenes.

Los cinco símbolos también aparecieron en el arte de «Blackstar» y cada uno de ellos recibió nombres en el sitio web: blackstar (estrella negra), guiding star (estrella guía), sunstar (estrella solar), pricestar (estrella de valor) y creation star (estrella de la creación).

Esta iniciativa digital no solo permitió a los seguidores de Bowie interactuar con el concepto del álbum y expresar su creatividad, sino que también les ofreció la oportunidad de formar parte del fascinante universo simbólico creado en torno a «Blackstar».